El Vía Crucis de la cofradía de Santa Mónica cumple diez añosLa parroquia del Sagrado Corazón de Jesús acoge la representación de la pasión y muerte de Jesucristo
L.OLMOCon la especial satisfacción que significa haber llegado tan lejos, la cofradía de Santa Mónica celebró ayer por décimo año consecutivo la representación de la pasión y muerte de Jesucristo, el «Via Crucis», en la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús.
Muchos vecinos del palmesano barrio de Els Hostalets, donde están situada la iglesia y el colegio Santa Mónica, acudieron fieles a su cita con este Via Crucis escenificado que los integrantes de la cofradía ofrecen cada Viernes Santo con una notable carga de realismo y emoción.
Este año, como novedad se ha incorporado un sistema de vídeo que permitió a los feligreses contemplar en una pantalla central y en tiempo real todas las escenas que se van sucediendo alrededor del interior del templo, mientras se escucha la lectura de las catorce estaciones con las que los textos sagrados describen el calvario de Jesús desde su condena a manos de Poncio Pilatos hasta su muerte en la cruz. Ésta ha sido una mejora muy aplaudida, puesto que el público pudo seguir con todo lujo de detalles el desarrollo de la obra sin el impedimento que suponen los arcos y pilares que rodean el perímetro interior de la parroquia.
A lo largo de una década interpretando estas escenas tradicionales de la Semana Santa, la cofradía de Santa Mónica ha ido ganando en matices y efectos especiales que enriquecen la narración y logran sobrecoger al público presente.
Además de la lectura literal de los textos bíblicos, cofrades y párroco hacen un esfuerzo especial en relacionar los episodios de la muerte de Jesús con los problemas y visicitudes que vive hoy en día la humanidad, comparando el sufrimiento de muchos seres humanos por causas como la guerra, la enfermedad o la pobreza, con la agonía vivida por Jesús camino de su muerte.
Buena parte del éxito de convocatoria de esta representación recae en el personaje central, Jesús, tanto por la excelente caracterización del mismo a cargo de la maquilladora Toñi Sánchez, como por la interpretación del sufrimiento y de la agonía por parte de Juan Miguel Contreras, aunque todos y cada uno de los cofrades ponen su grano de arena para superarse año tras año.
L.OLMOCon la especial satisfacción que significa haber llegado tan lejos, la cofradía de Santa Mónica celebró ayer por décimo año consecutivo la representación de la pasión y muerte de Jesucristo, el «Via Crucis», en la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús.
Muchos vecinos del palmesano barrio de Els Hostalets, donde están situada la iglesia y el colegio Santa Mónica, acudieron fieles a su cita con este Via Crucis escenificado que los integrantes de la cofradía ofrecen cada Viernes Santo con una notable carga de realismo y emoción.
Este año, como novedad se ha incorporado un sistema de vídeo que permitió a los feligreses contemplar en una pantalla central y en tiempo real todas las escenas que se van sucediendo alrededor del interior del templo, mientras se escucha la lectura de las catorce estaciones con las que los textos sagrados describen el calvario de Jesús desde su condena a manos de Poncio Pilatos hasta su muerte en la cruz. Ésta ha sido una mejora muy aplaudida, puesto que el público pudo seguir con todo lujo de detalles el desarrollo de la obra sin el impedimento que suponen los arcos y pilares que rodean el perímetro interior de la parroquia.
A lo largo de una década interpretando estas escenas tradicionales de la Semana Santa, la cofradía de Santa Mónica ha ido ganando en matices y efectos especiales que enriquecen la narración y logran sobrecoger al público presente.
Además de la lectura literal de los textos bíblicos, cofrades y párroco hacen un esfuerzo especial en relacionar los episodios de la muerte de Jesús con los problemas y visicitudes que vive hoy en día la humanidad, comparando el sufrimiento de muchos seres humanos por causas como la guerra, la enfermedad o la pobreza, con la agonía vivida por Jesús camino de su muerte.
Buena parte del éxito de convocatoria de esta representación recae en el personaje central, Jesús, tanto por la excelente caracterización del mismo a cargo de la maquilladora Toñi Sánchez, como por la interpretación del sufrimiento y de la agonía por parte de Juan Miguel Contreras, aunque todos y cada uno de los cofrades ponen su grano de arena para superarse año tras año.